sábado, 14 de abril de 2007

Ella.exe // Por XiZu

Las luces de la pantalla se reflejaban en los lápices esparcidos por la mesa reproduciéndose y multiplicándose cual bacterias en un criadero. Por supuesto, él no lo notaba. Sólo tenía ojos para la imagen que iba conformándose en el monitor, delineándose en algunos rincones del pálido lienzo y coloreándose en otros. Antes de que el frenético movimiento de sus dedos, más parecido al sacudir de un gusano a punto de ser atravesado por una aguja que al de una mano humana, lograra abrirle un agujero a la mesa, la mujer del día anterior se manifestó frente a él.

Dejó sus manos caer sobre el teclado tan rápido y con tan poca gracia como un rollo de cable atravesando el aire sobre la maleta de un auto. Ella, que tan perfecta le había parecido 24 horas antes, en ese momento era sólo una foto vieja abandonada por los recuerdos y el sentimentalismo que una vez la hizo especial.

Apretó “Enter” y los ojos cambiaron de color, del azul de la tinta de sus lápices luminosos al amarillo intenso y bilioso de la gaseosa que esperaba a ser bebida en el sucio y polvoriento vaso de plástico. Otra tecleada y su piel se oscureció un poco más, alcanzando el tono de una galleta dejada un poco más de lo necesario dentro del horno. Bastaron 4 toques más para volverla ideal y un par de comandos ingresados entremedio para romper el hielo.

- Javier… - la oyó decir mientras apoyaba su mano sobre el cristal, mirándolo como quien observa una oferta insuperable en la vitrina de una megatienda.

Él era todo en ese momento para la mujer recién creada sobre el lienzo, como para las rosas la tierra fertilizada con estiércol. La programó así, por supuesto, por lo que no podía ser de otra manera. Ahora, sólo restaba disfrutar de su creación hasta que el cansancio lo llevara a cerrarlo todo.

Mañana sería otra la mujer esperándolo entre los bien cuidados botones del ratón de su laptop.

Fin.


Para Karu-chan. Naomi