sábado, 28 de julio de 2007

Distinto. (Encontrado en una hoja de diario pisoteada)

Definitivamente algo ha cambiado. Deben ser las cortinas, el mantel o las flores que comienzan a secarse junto a la ventana, hastiadas de tanto sol. Pienso en eso un rato, mientras se me enfría la cena y el monstruo en mis entrañas trepa por mi intestino. Y entonces me doy cuenta, mientras las noticias del diario salen vocalizadas de sus labios y sus ojos se clavan en mí entre pausas para tragar. No es la mesa, ni la silla coja que se niegan a reemplazar por una que no amenace con tirarte al piso flotante. No, es ella, y la mirada que me regala cuando llega al final de un párrafo. Ella lo sabe, y el monstruo dentro de mí clava sus garras y salta, moviéndolo todo. Ella lo sabe, y yo no se lo dije.


Fin.


No sé, salió de la nada. Salió de una tarde en que me empecé a sentir mal en la casa de alguien y me puse a escribir. Y después el escrito mutó en esto. Ni yo sé muy bien lo que es. Sólo se que me gusta el invierno y como el frío se me cuela en cada rincón del cuerpo hasta lo más profundo, hasta el punto inalcanzable donde nadie jamás llega, donde nadie jamás podrá llegar. Y que ando rara, ha de ser por la luna llena. Y que me duelen las rodillas como si hubiera corrido la maratón, y ni siquiera me he parado de la silla. Quizás, en mi mente, estoy corriendo una. O en mi imaginación. A fin de cuentas resulta ser lo mismo, como el vaso medio lleno o medio vacío.

Siguiendo con el soundtrack de mi vida:

Track 01 - For Fruits Basket
Track 02 - Bend and Break
Track 03 - Hamburg Song
Track 04 - Set the fire to the third bar
Track 05 - Broken Toy
Track 06 - You could be happy

Hasta otra, menos rara y menos ambigua. Quizás más mantecosa y sólida. O tal vez, sólo distinta.

XiZu

miércoles, 18 de julio de 2007

No te vayas

No te vayas

Poco a poco va amaneciendo. Cae como miel sobre la tostada la luz del sol, la radiación de esos rayos mantecosos bombardeando los agujeros del inestable pan de molde. Tiembla y se desperezan los edificios; se sacuden un poco y luego vuelven a dormir, forrados en frazadas de húmeda niebla y avisos publicitarios anunciando la nueva teleserie. Las poblaciones a un lado, el puente bajo mis pies, y los edificios de Lo Barnechea al otro. En el río flotan neumáticos de la quema de anoche, latas de la comida, cucharas, tenedores, cuchillos… es casi como si pudiera lanzarme y comerme al río, hasta platos tengo entre las olas aún asustadas por el sismo de hace minutos.

Santiago abre sus ojos y me mira, canta un poco al ritmo de las campanadas de las iglesias y vuelve a sacudirse, un poco más gentilmente ahora. Si saco mi mano por la ventana y la poso sobre sus brazos, sobre los postes que como vellos erizados se elevan hacia las antenas parabólicas, ¿tendré el orgasmo más profundo?

Me bajo en el paradero apenas como un salmón intentando subir la cascada. Afirmo la cartera, no vaya a ser que alguna de las garrapatas de Santiago me vaya a saltar encima y me quite el celular. Salto sobre los poros abiertos, escupiendo una mezcla de pus y sudor que nadie más parece notar, y entro en el café de la esquina.

Antonio me pregunta cuando me voy. Ahora, ahora me voy. Una nueva sacudida le bota el té de la taza y sonrío ante la protesta. Desde esta mañana que se viene quejando, botándome de la cama y tirándome al piso los cuadros que me regalo mi tía. Ni hablar de los delfines de cristal que tanto me gustaban. Todos al piso, enterrándose en su carne morena y estremeciéndola un poco más fuerte. ¿No te duele? Mejor quédate quieta, susurro, y me voy al aeropuerto. Otro temblor, y otra sonrisa resignada que se me escapa.

Caminando por este tubo que más parece ventilación de secadora a gas vuelvo a sentir una última sacudida. La ignoro, no puede ser tan inmadura. Todos se van, y sólo conmigo se enoja. Acaricio una última vez con mi piel su piel morena cubierta por el gris e impersonal chaleco de cemento y me subo al avión.

Hubiera jurado que, entre el rugido del despegue y la advertencia de la azafata, he escuchado un susurro suplicante de amante despechada. No te vayas...

Fin

Este texto es muy yo, es muy de mí. He pensado que si yo fuera palabras, sería éstas palabras. Y si fuera puntos y comas y tildes y espacios, sería estos. En mi piel, en mi interior, en mis órganos y en el espacio entre mis escasos cabellos restantes están éstas letras, tejidas y pegadas con colafría para formar este texto, ningún otro. Y es tan mío que quiero que lo lean... y que lo comenten. Porque ésta soy yo, en bandeja de plata, desnuda y expuesta tras un vidrio con alfileres en mis extremidades. Ésta soy, y éste mi lenguaje. En español y hasta la muerte, escrito y hasta que me convierta en polvo.

Yo.

lunes, 16 de julio de 2007

|| Pause

Y... pause! He estado escribiendo non stop estos días (sip, y no he subido nada en el blog xD lo siento por eso) y ahora hago una pausa para, no sé, retarme un poquito. Porque estoy creando situaciones raras con mis amigos y estoy forzando recuerdos del tipo "llegaste al colegio hoy día con las orejas moradas" (no pregunten) sólo para que cuando alguien se vaya lejos yo pueda mandarles un mail recordando todo eso. Hasta el momento tengo a Ara... y quizás a Zel, pero a él no lo veo mucho así que no creo que cuente. Tengo ganas de que alguien se vaya lejos sólo para poder hacer eso. Soy rara, lo sé. Sólo quiero mi propio manga de Nana. Vaya a saber uno.

Y he estado escuchando a Keane, cosa que me hace muy pero muy mal. Me pongo rara. Y no rara en el sentido bipolar o algo así. Me pongo media metafórica para escribir. Y con metáforas raras. (Mi tubo de escape literario está bloqueado por una masa barrosa de morado de obispo lujurioso que le impiden a mis escupitajos de ojos saltones salir al papel de color sepia) <- rara de ESE tipo. Y no quiero estar rara, porque cuando estoy rara paso por algo así como echar de menos y querer. Y no hay nadie a quien echar de menos y querer-querer. Y ando como... como uno de esos juguetes que vienen en la cajita feliz del McDonald's, esos que giran todo el rato y nunca avanzan, y ni tienes idea de para qué sirven.

Así que quería ponerle un pequeño Pause a mi vida (no un Stop, porque cuando uno pone Stop tiene que empezar de nuevo y a veces te va al menú y es una verdadera mierda. En serio, no lo hagan), para pegarme un golpecito en la frente y de ahí seguir. Y para disculparme. Y para escuchar Keane, que aunque me hace mal igual me gusta. Cuando estoy rara me hace bien escucharlo, me lo potencia.

Así que eso, quiero a todo el mundo que lea esto.

Ah sí, también estoy haciendo un soundtrack de mi vida. O de mi vida en este momento, que viene a ser algo raro y temático.

Track 01 - For Fruits Basket
Track 02 - Bend and Break
Track 03 - Hamburg Song

Pendiente el resto.

Nao/XiZu/Kyriel Osui/etc.

Y ahora,

► Play.